El lenguaje hakuno es obvio al hablar de "nuestra revolución". Pero, ¿ha nacido alguna vez algo bueno en el seno de la Iglesia a partir de una revolución?
Dejemos hablar al proyecto:
"Nuestra historia empezó a través del cine: la última de las 7 artes. Nos dimos cuenta de que la humanidad busca algo que le sacie una sed profunda. Y vimos nuestra llamada. Descubrimos a raíz del cine que podemos ayudar a encontrar respuestas a una sociedad con ganas de llenar sus almas. Pero no pudimos quedarnos sólo con eso. Teníamos que ir más allá. Y por eso de Bosco Films surgió Bosco Arts: un bosque de oxígeno que pretende llenar de aire al mundo a través de la cultura". Tenían "a huevo" hablar de Dios cuando mencionan la sed de las almas, ¿no? Pues ni con esas...
Nuestra misión: "Buscamos iluminar y oxigenar el mundo a través de las siete artes. Ser buscadores de belleza, bien y verdad" - que, efectivamente, son atributos de Dios, pero a Dios no se le menciona en toda esta explicación: "en todo aquello que hacemos perseguimos la belleza, el bien y la verdad como fin para que el ser humano pueda trascender y hacer un viaje interior gracias al arte". Modernismo en vena, con pinceladas de new age...
Y llega la guinda francisquista: "Ecologismo humano e integral. Buscamos una integración de la persona humana con su esencia y naturaleza y creemos en el arte como vehículo protagonista para esa integración".
En fin... se menciona la trascendencia en un determinado momento pero no guarda ninguna relación con el resto del contenido. Me recuerda mucho a esos proyectos universitarios que se presentan para recibir fondos públicos y tienen que utilizar ciertas palabras clave. Aquí, belleza, verdad y bien desligados de Dios, ecologismo, sanación... todo desligado de Dios. ¿Para poder entrar en círculos no católicos?
Como esta otra actividad...
¿Se ha convertido el proyecto precioso de Bosco Films en un chiringuito para pagar algún sueldo?
Les pongo en mis oraciones, para que vuelvan al camino de la Evangelización...
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